Este es el primer artículo escrito por una colaboradora, Alba C. Coll, historiadora del arte que ha pasado este último año viviendo en Japón. ¡Disfrutad! – Judith
Si queréis sentiros famosos e importantes dejad de lado los letreritos de “Vull surtir a l’APM” y ahorrad un poco para ir a Japón, notaréis que os han estado esperando (a vosotros o a cualquier otro europeo, americano, australiano… ).
No es ningún mito que los japoneses se mueran por todo lo que sea occidental y, sobretodo, por todo aquél que sea occidental. Para empezar, y a pesar de su admiración por nuestra cultura (sí, generalizo porque ellos generalizan y creen que por ser extranjero el inglés es tu idioma nativo y comes hamburguesas todos los días), no tienen ni papa de inglés ni de ningún otro idioma que salga de su archipiélago. Si bien es cierto que lo estudian en el colegio, es suficiente que sepáis que el nivel impartido en las aulas públicas españolas le da mil vueltas al sistema nipón para no tener que dar muchos más detalles al respecto. Por lo tanto, una pequeña advertencia: si os animáis a visitar Japón, recomiendo que os hagáis con un pequeño glosario con las palabras básicas del idioma, aunque también es cierto que señalando se llega a Roma.

A pesar del poco dominio general del inglés, o quizá por este mismo motivo, los japoneses sienten una curiosidad y admiración exagerada por cualquier extranjero que se cruce en su camino; eso cuando no le tienen miedo y huyen de él. De hecho, la cantidad de occidentales es tan baja que yo misma, después de un año viviendo en estas tierras, cuando veo a uno en la pequeña ciudad donde resido, pienso “¿qué hace éste aquí? ¿quién es? ¿por qué ha venido?”.
Después de darle muchas vueltas al tema y de leer un poco sobre la historia del país, he llegado a comprender que se trata de una zona muy aislada del planeta, que hace poco más de cien años que se ha abierto al exterior y que aún posee una ley de inmigración muy rígida (especialmente por lo que concierne a China, ya que con los problemas internos que tienen, y lo bien que se vive en Japón, si no hubiera una buena regulación acabaría siendo un verdadero problema).
Olvídate de pasar desapercibido
Acabada la clase de historia, y perdonadme por ello si os he aburrido, acelero hacia la actualidad para contaros que siendo occidental en este país no solamente eres diferente al resto de la población, sino que te sientes como tal continuamente. Y si no es así al principio, tranquilos, no tardaréis en notarlo. De hecho uno como turista no se percata tanto de este hecho, pero si vivís en una pequeña zona residencial fuera de la ciudad el simple hecho de entrar en un tren, en un supermercado, en una peluquería, en un restaurante -o dondequiera que os apetezca entrar- notaréis como todos los ojos rasgados que se encuentran a vuestro alrededor se estarán fijando en vosotros. Todos. Inmediatamente los adultos procurarán aparentar que no os han visto, por tema de educación y esas cosas, pero si se encuentran niños a la redonda preparaos para ser examinados hasta el más mínimo detalle.
De hecho, recuerdo que un día estaba en el centro comercial de mi pequeña ciudad con una amiga polaca y otra escocesa hacia las cinco de la tarde y una panda de niños nos empezaron a señalar y a gritar, con lo que toda la gente que se encontraba cerca nos empezó a mirar y nosotras salimos corriendo.

Otro día, esta vez con dos compañeros españoles, estábamos tan tranquilos comiendo un helado, también en mi ciudad, cuando empezamos a darnos cuenta de que bastantes adolescentes estaban reuniéndose cerca de nosotros mientras susurraban y nos echaban miradas nerviosas. Calmadamente e intentando disimular, nos levantamos, recogimos lo que habíamos utilizado y nos dispusimos a salir tan tranquilamente por la puerta. No habíamos dado aún dos pasos cuando notamos una muchedumbre de hormonas caminar detrás nuestro.
Nos miramos entre nosotros con expresión de circunstancia mezclada con miedo (porque aquello ya empezaba a dar un poco de grimilla) y, de golpe, sentimos que a un chico gritar “I’m hungry!”. Todos rompieron el silencio a carcajadas para, segundos después, seguir repitiendo “I’m hungry! I’m hungry!”.
Afortunadamente salimos con vida y una servidora está aquí para contarlo.
[ois skin=»En el post»]
14 comentarios
Oh! Me habían contado muchas historias al respecto y no me las creía. Al final lo tuve que comprobar, aunque fue en el Little Tokyo de Los Ángeles. Como soy un tipo curioso al final creo que fui yo el pesado que les agobió a ellos a preguntas, aunque acabé con unos cuantos amigos nuevos. Son taaaaaaan graciosos los asiáticos (hasta que viene un yakuza y te corta el pescuezo).
Jajajajajaja me encanta el último hachazo final en tu comentario.
Pero en Los Ángeles también pasa igual?
No sabía que en LA hubiera un barrio de japoneses! Y sí, son muy graciosos. Siempre se ponen muy nerviosos cuando ven a un occidental y piensan que tienen que hablar inglés. I muchas veces piden hacerse fotos contigo!
Era Little Tokyo, típico barrio japo, pero que estaba casi aislado del mundo. Fui de noche y éramos solo dos no-asiáticos y para colmo el otro hablaba japonés y yo no. Nos metimos en una fiesta y nos miraban raruno. A los 10 mins se estaban haciendo fotos con nosotros. Las chicas me ponían collares de flores!
Luego salí un par de días con unos japoneses y coreanos. Me preguntaron por la paella y alucinaban cuando les dije que llevaba conejo. Se ve que no les mola, pero los perros bien que se los comen. Un coreano me situó España en mitad de Rusia y me dijo que una vez estuvo en Barcelona y le robaron la cartera.
Poco tiempo estuve y me llevé un buen puñado de anécdotas. Son gente divertida.
¡Jajajaja! Me encanta, me parece a mí que tú tienes muchas anécdotas, ¡ya te sobornaré para que la cuentes!
A mí lo de ser Barcelona ya me da hasta vergüenza. Durante mi Erasmus siempre que decía que era de aquí me decían que les había encantado la ciudad pero les habían robado la cartera (http://www.youtube.com/watch?v=PpNBqu_chpc), y yo «Oh, oh, I’m sorry»
Si los guiris van por las Ramblas empanados perdidos, no es nuestro problema. Nosotros cuando salimos por ahí, llevamos la cartera bien agarrada, y no nos dejamos engañar por trileros.
pd: Estoy loco por ir a Japón.
Si que es cierto!He estado un par de veces por alli, y la primera que fue como hace 10 años si que lo note mas que la ultima que fue el año pasado! yo iba rubia y con mi nariz helenica(por decirlo finamente) pues todos se giraban, incluso un niño en el metro le dijo a su madre «mira mama un monstruo!»jaajjajaaja.
Veias a otro guiri y habia como una conexion mistica en plan»que-hacemos-nosotros-en-un-sitio-como-este!!!???»XDD
Pero aun asi son collejisimos estos japoneses y el problema de su ingles deriva mas de la imposibilidad de pronunciar la L que de el bajo nivel gramatical, pobres….
Me ha encantado la entrada!
Chu!!
Jajajajajajajajaja!!! Nariz helénica!!
Me parece a mí que tú tendrías divertidísimas historias que contar, a ver si te animas!!
Si, es que hay gente como nosotras que atraen las situaciones absurdas e hilarantes como moscas a la miel…. mis amigas se partian con mis mails cuando me iba de viaje, voy a hacer que me los reenvien para ver si me animo yo tambien con un blog…
Muchas gracias! Me alegro que te haya gustado 🙂
Hace 10 años debería ser aún peor, porque ahora técnicamente el mundo está globalizado y esas cosas (aunque parece ser que para Japón la globalización funciona diferente!). Y esta complicidad con otros extrangeros es completamente cierta! De hecho siempre que me encuentro a alguno tengo esa sensación que se tiene cuando te encuentras a un antiguo conocido y no sabes como entablar conversación. Y a veces hasta nos saludamos y todo.
Acabo de descubrir el blog y lo primero que me encuentro es un artículo que refleja totalmente lo que se siente al andar por Japón, ¡genial!
He estado allí 3 veces, la última visitando a mi novia que es una japonesa de Fukuoka, y es tal cual lo comentas. Si te alejas de Shibuya o Shinjuku y te vas a sitios menos urbanos, hasta te paran por la calle para hacerse fotos.
Mi última anécdota fue en los baños públicos «sento», a los cuales soy adicto. Teóricamente no dejan entrar personas con tatuajes, pero estaba yo una vez en uno cuando de repente entró un yakuza con el cuerpo totalmente tatuado. Se hizo el silencio. Yo me metí en la sauna y la cabo de un rato el tío entró también. Total que me quedé solo en la sauna con el yakuza. Por la tele estaban dando un partido de béisbol y de golpe se puso a comentarlo en japonés conmigo. Yo no sabía cómo proceder para no ofenderle porque seguramente esta gente se rige por el código de los samuráis o algo así, así que decidí sonreir, levantarme educadamente y largarme de allí. Algo debí hacer bien porque sigo vivo.
Asia, en especial Japón (para mi) con un cuento aparte. Parecen que no fueran de este planeta, y tal cual lo dices, uno nunca pasará desapercibido :D. Tengo que volver pronto, es uno de mis lugares favoritos.
Bueno, bueno…pues yo, cuando termino el bachiller me voy para allá! :D, mi deseo por ir a Japón <3 empezó cuando tenia 11 o 12 años u,u..que emoción!, estoy deseando irme de España por la maldita crisis! 🙁
Love for Japan!!! <3 <3 <3 <3 <3