La historia de Enriqueta Martí, la vampiresa de Barcelona

Hace exactamente 100 años, moría en la cárcel Reina Amalia la asesina en serie Enriqueta Martí i Ripollés, más conocida popularmente como «la mala mujer» o «la vampira de la calle Ponent». Lo hacía sin asistir a juicio y dejando uno de los misterios más grandes de Barcelona sin resolver.

Enriqueta Martí

Ayer por la noche, mientras cenaba con mi grupo de amigos, les conté esta trágica historia y, como supongo que les jodí la velada hoy, vengativos, me han dicho que la escriba en el blog para ‘Curiosidades de Barcelona’, que seguro que os gusta: a ver si os doy las fiestas a vosotros también.

Quién fue Enriqueta Martí i Ripollés, la primera asesina de niños de España

Enriqueta Martí i Ripollés había estado durante un largo tiempo raptando niños, pero es imposible decir con exactitud por cuántos años y a cuántos pequeños porque el número, según la historia que se transmitió a través de la prensa*, fue bestial y, lo que se encontraron los policías, espantoso.

En 1912 las madres de Barcelona estaban asustadas porque, desde hacía ya algún tiempo, sus niños desaparecían y jamás volvían a ser encontrados. Aunque ellas desconocían el motivo, detrás de estas ausencias, parece ser, se encontraba Enriqueta Martí.
Esta mujer había nacido en Sant Feliu de Llobregat y había decidido mudarse a Barcelona (a la calle Ponent, 29 que es ahora Joaquin Costa, al lado de Plaza Universitat) para poder trabajar como niñera, pero pronto acabó ejerciendo como prostituta y manteniendo una relación tormentosa con Joan Pujaló.

La señora Martí vivía una doble vida: por las mañanas vestía sus peores harapos, cogía a cualquier niño secuestrado anteriormente (completamente cambiado, rapado, con otras ropas…) y lo hacía pasar por su hijo para mendigar allá donde pudiese; por la noche, sin embargo, vestía sus mejores galas e iba al Teatre del Liceu y al Casino de la Arrabassada, donde se acercaba a las familias más poderosas y ricas de Cataluña para traficar niños, vender sus órganos e incluso cremas que hacía con sus cuerpos cuando los asesinaba (podéis ver aquí la historia del hombre del saco), así como cataplasmas que vendía para curar la tuberculosis. De todas formas, era todavía más conocida por actuar como proxeneta especializada en criaturas.

¿Cómo tardaron tanto tiempo en detenerla?

La «mala mujer» sólo raptaba a niños de clase social baja; en aquella época, la gente realmente pobre no tenía los mismos recursos que ahora (errm… bueno, ya sabéis a qué me refiero) y poco podían hacer.
Un buen día, Enriqueta cometió el peor de los errores y raptó a una niña de clase social media/alta, Teresita Guitard Congost. Sus padres aprovecharon todo su poder para promover la búsqueda de la pequeña, moviendo cielo y tierra para que toda Barcelona fuera consciente de su desaparición.

Claudia Elías, descrita en todas partes como «vecina cotilla» -de verdad-, estaba un día súper tranquila haciendo su actividad favorita, mirando por la ventana a su patio de luces, cuando de repente vio en la casa de en frente a una niña rapada idéntica a Teresita.

El caso es que la vecina se armó de valor y, sin pensárselo dos veces, le preguntó a la vecina desconocida (Enriqueta) quién era la niña. Esta, cateta como ninguna, en lugar de inventar alguna historia, cerró la ventana violentamente y desapareció.
A la señora Elías no le convenció su actitud y, como buena vieja’l visillo, bajó a la calle y le relató lo ocurrido a su amigo el colchonero. Soy fan de esta historia porque además alguien hizo una fotografía de la tienda:

El colchonero fue a la Policía y los agentes tardaron nada más y nada menos que diez días para buscar una excusa y poder entrar en casa de Enriqueta.
Después de pensar durante más de una semana, tiempo en el que estaba en juego la vida de una niña, se les ocurrió la idea de ir a su casa con la denuncia de que tenía gallinas en el piso y así poder entrar a echar un vistazo.

Qué había en la casa de «la vampira» de Barcelona

El recibidor parecía pobre pero el interior no tenía nada que ver, el comedor estaba repleto de lujos.

Al entrar en la casa vieron a dos niñas. Una de ellas resultó ser la pobre Teresita, que explicó a la policía que Enriqueta le había cogido de la mano hacía unas semanas y le había ofrecido caramelos. Cuando la nena se dio cuenta de que se alejaba demasiado de su madre, quiso volver pero la mujer le puso un trapo negro en la cabeza y corrió para casa. Al llegar, le había dicho que ahora ella se llamaría Felicidad – poca alegría debía sentir la niña cuando era  pellizcada, alimentada sólo con patatas y pan duro y tenía prohibido salir de casa o asomarse a las ventanas.
La declaración de la otra niña, Angelita, es aterradora: llevaba toda la vida con Enriqueta y ésta le había dicho que era hija suya y de Joan. Eso es todo lo que sabía y que, una noche, vio como su «madre» mataba a otro niño que había en casa, Pepito, en la mesa del comedor. Atacada del miedo, corrió hacia su cama y se hizo la dormida.

El cuerpo de policía posando con orgullo junto a la niña

Una vez encarcelada Enriqueta, Joan se presentó en comisaría y testificó por voluntad propia. Dejó claro que hacía años que no veía a esa psicópata y que jamás habían tenido hijos. Es entonces cuando descubrieron que Angelita era la hija de la hermana de Joan y que «la mala mujer» había raptado a la pobre niña al nacer, diciéndole a su cuñada que había nacido muerta.

¿Dónde está el misterio sin resolver?

Haciendo una segunda inspección a la casa, encontraron de todo lo que os podéis imaginar teniendo en cuenta que Enriqueta a veces mataba a los niños y hacía cremas y otras «medicinas». Pero había algo que desataría la furia colectiva: una lista con nombres y apellidos de las familias más adineradas de Barcelona… ¿clientes?

La población no tardó en pedir que las personalidades que aparecían en el libro pagaran por sus pecados (pederastia, compra de restos humanos…) y, la policía, que se veía venir una gran revolución, hizo que el diario ABC publicara un artículo señalando que en realidad los nombres que aparecían en el libro eran simplemente personas a las que Enriqueta mendigaba.

Los ánimos se calmaron al saber que la «vampira del carrer Ponent» iba a entrar en la cárcel Reina Amàlia y que, por lo tanto, en su juicio tendría que responder a muchas preguntas: todo el misterio se aclararía y por fin habría justicia. Sin embargo, el juicio tardó en realizarse más de lo normal y, pasado un año y medio desde el descubrimiento de la tragedia (cuando ya no nos acordamos de nada), Enriqueta murió en la cárcel de un cáncer de útero. 

*** Edición 2014 – nueva versión: El escritor barcelonés Jordi Corominas en su libro Barcelona 1912 (publicado en 2014), realizó una exhaustiva investigación sobre la vida de Enriqueta Martí. La faceta de Enriqueta Martí como asesina serial, sería para Corominas parte de una leyenda negra infundada para tapar casos de escándalos sexuales a menores realizados por las clases altas de la sociedad y el rapto de niños con fines medicinales que aquejaban a las clases altas de la época. Os recomiendo mucho su libro ?

 

Judithtiral
Me llamo Judith, soy historiadora del arte, aunque trabajo como redactora y community manager. Me apasiona viajar, conocer y hacer sonreír a la gente, así que estos son los temas que vais a encontrar en mi blog. Iba a incluir que también disfruto corriendo, pero sonaba un poco a Forrest Gump. Puedes saber más sobre mí y mis viajes aquí.

35 comentarios

  1. Fiel a los post de domingo de Judith Tirado.
    Digna de cualquier serie policial actual la historia de hoy, eh Judith? Qué mal cuerpo, no había escuchado nunca nada sobre el caso este.
    Sigue contándonos curiosidades, que aquí estaré yo para comentarte los domingos por la mañana!

    Un abrazo!

    PD: tus amigos agradecidos por la historia a la hora de la cena, supongo jajaja

    1. Jajajajaja, ¡Magui no me fallas nunca! 😀

      Yo descubrí la historia hace nada también y me quedé alucinada. La mujer que vive ahora en esa casa dice que hace años le venían niños a gritar desde la calle «¡¡Asesinaaa!!» y ella, pobre, que no sabía nada, se quedaba a cuadros: «¿asesina, yo? pero si reciclo» JAJAJAJA (lo de reciclar no lo dijo).

      Les jodí la cena un poco pero nada que ellos no hicieran antes, compraron lo más barato del Carrefour y se les enganchaba el jamón en los dientes 🙂

  2. Uff, no la conocía, me ha parecido súper interesamente, horripilante y fascinante a la vez. No sabía que había monstruos así en la historia criminal española, ¡gracias por ilustrarme!
    ¡Besos!

  3. Que pedazo de historia… pero no creo que esas cosas sean cosas del pasado. Al leerla me he acordado del caso Arny, que cuando empezaron a aparecer nombres de políticos y amigos de políticos, se cerró, y ahí acabó todo. O de las niñas de Alcasser, que cuando Navarro empezó a airear las investigaciones independientes le quitaron el programa, y no ha vuelto a levantar cabeza. Lamentablemente, antes había degenerados, y ahora los sigue habiendo… mal rallo les parta…

    1. Justo ayer mi madre leyó la historia y me contó lo de Pepe Navarro… otra vez, porque a la mujer le encanta contarlo todas las navidades: «uy, sí, sí, pues cuando asesinaron a las niñas de Alcas…» 😀

      Pero sí, mala gente hay y seguirá habiendo no importa cuántos años pasen…

  4. Joder Judith no dejas de sorprenderme, no tenía ni idea de esta historia!!

    Ojala mi profesor de historia hubiera sido tan molón como tu jaja seguro que ahora sabría muchas más cosas!!

    Un chirruperabrazo!!

  5. Hola Judith.

    Joaquín Costa era aragonés. Se llamaba Joaquín aquí y en la China popular… ¿o es que eso sólo vale en una dirección?

    Los de aquel lado del Segre seguís haciendo muchos amigos en Aragón…

    Saludos.

    1. Uy, pues yo soy «andaluza» pero, como siempre lo he escuchado así, así que lo he escrito. Perdonad el despiste, aunque no puedo prometer no tener más, estaré al tanto 🙂

  6. Judith ya que he logrado leer la historia LA entiendo perfectamente.Que señora más mala.Pero Quando me lo explicaste en persona no entendí nada Tkm tata

  7. Nenitaaa!!! Gallina de piel!

    ¿En «sirio» pasó esta horripilante historia en nuestra querida ciudad? Teniendo una hija ni te cuento cómo se te queda el cuerpo… eso sí, no pierdes tu particular humor ni con historias para no dormir. Jajajajajajajaja!!!

    Princesa te escribo mensaje para coincidir!

    Felices Fuestas!!!

    Besotes***

    Eli*

  8. No sé que da mas miedor, la historia o que la hayas encontrado en aquella librería EXTREMADAMENTE politizada del CC del Born.

    Fdo: corazón congelao

  9. Dios! Qué historia más buena… Últimamente me das tema para pasar por delante de sitios de Barcelona y decir: Pues aquí… leí en un blog que… ¿A que es interesante?

    1. Jajajajajaja, ya me podría dar dinero el Ayuntamiento por promover el autobús y el metro (para ir a hacer las visitas) #elcasoesrascaralgo

      Nada, no me puedo alegrar más, Víctor! 😀

  10. Ya la había comentado el Iker, que es segundo más morboso de España después de ti…claro!jajajaja

    No lo habia leido hasta hoy porque me dió muy mal rollo el titulo, pero mi curro me da igual de mal rollo así que matamos dos pajaros de un tiro!!jajaja

    A mi me haces esto en la cena y te mato!XD(santos son tus amigos!!)

    Chu!!

  11. Yo he buscado la historia porque acabo de leer «La ley de los Justos» de Chufo Llorens. y ponía que uno de sus personajes estaba basado en esa asesina. me ha gustado mucho leer tu post es muy aclaratorio. Tchau

  12. Hola Judith, acabo de descubrirte y no puedo parar de leerte!! Buenísimos estos secretos de Barcelona que nos regalás!! Un abrazo!!

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