21 curiosidades de Japón que descubrí al volver a Tokyo

Hoy vengo a explicaros algunos hechos divertidos que me han ocurrido durante estos dos últimos meses, curiosidades de Japón que me sorprendieron cuando llegué y que creo que disfrutaréis descubriendo también 🙂

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Hay que ver Port Aventura como se curra últimamente la escenificación, ¿eh?

Visitando Japón por primera vez…

Fui a Japón por primera vez en Agosto.

Me lo pasé teta jugando con el mando del wáter y comiendo KitKats de sabores raros, que es lo que hacemos todos los turistas la primera vez que estamos ahí (los que desgravamos, al menos), pero volví a casa con la sensación de que, a pesar de haber visitado muchas de sus ciudades y de haberme enamorado del país por completo, no había conocido el verdadero Japón.

No había hablado con japoneses, no había salido de fiesta con ellos y, en general, no había entendido la mitad de las cosas que habían ocurrido a mi alrededor: estuve como en la película, Lost in Translation.

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En Japón son muy famosas las máquinas expendedoras de bolas de plástico con juguetitos (gashapon)

Por cierto, si vais a ir a Japón próximamente, os recomiendo mucho hacer el cambio de euros a yenes online, tienen el mejor cambio del mercado – yo lo hice con RIA y todo fue súper bien. Básicamente haz clic aquí, les dices qué moneda vas a necesitar cambiar, eliges entre la recogida en tienda (tienen amplios horarios de apertura, findes y festivos incluídos) o entrega a domicilio y listo (de hecho, si te sobra dinerillo, te aconsejo también volver luego porque te recompran las monedas sobrantes a muy buen cambio).

Volviendo en menos de dos meses

Cuando tuve la suerte de poder de volver en Octubre, no me lo pensé dos veces.

Esta vez estuve en un apartamento ultra barato en Shibuya – lo encontré en HundredRooms, un comparador de precios de alojamientos.
La próxima vez que viajéis, echadles un vistazo – lo que hacen es comparar qué precio ofrece Booking, HomeAway, Atrapalo y todas estas webs y os muestran el más barato. Como un Skyscanner pero de hoteles y apartamentos.

Estos días los pasé con unas amigas japonesas que se encargaron de hacerme vivir experiencias increíbles, llevarme a sitios que todavía no conocía, presentarme a sus amigos y explicarme, en general, qué sucedía a mi alrededor.

También se rieron de mis reverencias y de lo mala que soy en el golf.

¿Veis esa pelota de ahí? Pues de ahí no se movió en media hora.

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Jugando a un golf virtual en Shibuya

Y estos son algunos de los hechos, anécdotas o curiosidades de Japón que me sorprendieron o me hicieron sonreír:

21 curiosidades de Japón que me dejaron más pallá que pacá

1. Entenderse con sonidos

Las primeras conversaciones que tuve con mi amiga japonesa fueron un fracaso.

No le entendía nada porque me respondía con sonidos – para decirme que sí me decía «mm» y para decirme que no «mm mm» y así con cincuenta mil sonidos más.

Yo estaba en plan: «cariño, pareces muy buena niña, pero no te entiendo una mierda».

«Un ñordo, así de grande, pa ti»

2. Seguridad extrema

Es un país tan seguro que puedes ver a niños caminando completamente solos hacia casa en el corazón de Tokyo.

Atención a esta niña que me encontré en Musashino volviendo a casa con su uniforme, mochila y sombrerito.

No me diréis que no es adorable… Apuntito estuve de raptarla y llevármela a casa para ahorrarme el dinero de la adopción.

3. Lost In Translation

Algo que me pareció muy curioso cuando fui al supermercado por primera vez, es con que me hablaran tanto en japonés si tenían que estar viendo en mi cara que no entendía nada.

Me hablaban y sonreían haciéndome reverencias, en todos lados, y yo tal que así esperando que no me estuvieran insultando:

4. Uchimata

Vi a algunas chicas caminando ligeramente así. No tan exagerado como en el vídeo, pero similar.

Yo pensé que qué bonito el homenaje a Lina Morgan, pero según cuenta Kirai en su blog (recomendadísimo si vas a visitar Japón pronto, como el de mi amigo Flapy y también el de Japonismo, imprescindible para hacerte tu propia guía de viaje), se llama Uchimata y no se sabe si lo hacen por problemas genéticos, porque llevan una dieta baja en calcio, por cómo se sientan desde pequeñas o si es porque quieren parecen más kawaii…

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5. En el metro no se habla

Nadie habla por teléfono en el metro, es de mala educación, porque todo está basado en el respeto hacia los demás.

De hecho, en el metro predomina el silencio porque, si hablan entre ellos, lo hacen de una manera muy bajita.

Curiosidades de Japón
Cartel que se encuentra en los metros de Japón – básicamente dice que tus conversaciones y dramas los tengas en casa.

6. Todo está cartoonizado

Esto ya lo comenté hace dos semanas en el post sobre mi primera vez en un café de sirvientas (Maid Café), pero en Japón todo -hasta las plataformas más serias- tiene algún dibujito.

El otro día pasé por unas obras de carretera y las señalizaciones que las delimitaban eran conejitos (era de noche y les brillaban las orejitas).

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7. Serviciales y educados

Un día Sandrine y yo nos perdimos en Kyoto, no conseguíamos encontrar el hostal donde teníamos que pasar la noche y las maletas pesaban muchísimo.

Un hombre nos vio y, desde su casa, nos preguntó si estábamos perdidas.

Cinco segundo después estaba a nuestro lado para acompañarnos hasta la puerta del hostal 🙂

8. Las chicas no quieren ponerse morenas

Los estándares de belleza en Japón (y en Asia en general) no tienen nada que ver con los occidentales (aunque a algunas de ellas les gustaría tener la nariz «hacia arriba» como dicen ellas, para referirse a la forma de nuestras narices, o se ponen una especie de pegamento en los ojos para que parezcan menos asiáticos): allí, cuanto más blanco estés, más guapo.

Es súper curioso ver a chicas en restaurantes que, para salir a la calle -con el calor infernal que hace en Japón en Agosto- se ponen unos guantes, dos trozos de tela para simular una manga larga y abren su paraguas.

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El motivo es que en el antiguo Japón siempre se decía «un blanco tapa tres fealdades» (a mí me harían falta 20 blancos, ¿no? cuidarse) y actualmente supongo que también es la idea de que el blanco puro, percibido anteriormente como el de la aristocracia como en España, está algo atado a la imagen de feminidad e inocencia que tanto gusta allí.

9. El calorro

Mirad, mi familia es andaluza y he pasado muchos veranos en Almería, pero nada comparado con el bochorno que pasé en Japón en Agosto.

La sensación que tienes al salir del avión es la de entrar en una sauna. Ese sofoco.

Ni una selfie en Instagram pude subir para presumir de viaje, porque en la mayoría de fotos salía así:

"Dame un euro, es pa' comida lo juro"
«Dame un euro, es pa’ comida lo juro»

Es que además si os fijáis salgo hasta con mostacho, ¿no? Pobre chavala.

10. Máquinas expendedoras por todas partes

Se dice que hay una máquina expendedora por cada 23 habitantes, y teniendo en cuenta que son 130 millones de personas…

Tienen máquinas expendedoras en cada esquina, es increíble.

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Eso sí, a las dos horas entendí por qué: era imposible dar un paso sin sudar e iba a gastar más dinero en refrescos que en murallas aquel invierno que me enganché a Clash of Clans (estaba recién operada de apendicitis, no me juzguéis).

11. El ruido de las cigarras

La ciudad de Tokyo está repleta de cigarras de julio a septiembre. Caminar por la calle es escuchar exactamente esto todo el tiempo.

https://www.youtube.com/watch?v=ApaySm9u7_s

Los dos primeros días fue muy molesto, recuerdo tener que parar y meterme en alguna tienda porque me dolía la cabeza. A partir del tercer día me acostumbre y dejé de escucharlas.

Si vas a visitar el país nipón, te recomiendo hacerlo en Octubre: hace la temperatura perfecta, no hay mucho turista y no tienes al grillo de Mulán todo el día detrás de la oreja.

12. Comer en Japón es mega barato

En Barcelona comer bien fuera de casa suele rondar los 25€ – de ahí para arriba.

Sí que es verdad que puedes comer fantásticamente de manera más barata, pero no es lo normal.

En Japón es diferente.

El otro día fui con mi amiga Haruka a comer soba con tempura a un restaurante y el plato costó unos 450 yenes, que serían unos 4€.

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Tan baratooooo y bonitooooo es un sueñooo verneeeeel

Luego fuimos a hincharnos a sushi y recuerdo que toda la cuenta fue 1.900 yenes, unos 17€ con bebidas y postres incluidos.

Además el agua es gratis siempre, y el té verde matcha también.

Matchaaa, matchaaa, queremos matchaaa, matchaaaa.

Ay, lo siento, qué malo.

13. ¿Sostener la mirada por más de 2 segundos?

El mes pasado estaba comiendo con una amiga japonesa en Shibuya y pensamos que en la mesa de a nuestro lado se habían sentado un cliente y su mujer de compañía.

Como tenemos cinco años mentales, empezamos a hacernos películas: «mira, la cabrona se coge los platos de sushi más caros, no sabe ná».

Al final resultaron ser padre e hija, FAN. Pero me sorprendieron los toques de atención que me pegaba mi amiga, yo creía que miraba de reojo pero ella me repetía una y otra vez que con mi tío y con mi tía me iría a Bel Air parara de mirar durante tanto tiempo.

Y eso es otra de las curiosidades de Japón que también me sorprendió: por sorprendidos que estuvieran con mi piercing o mis tatuajes, jamás me miraban por más de dos segundos.

14. Sal para espantar a los malos espíritus

Saliendo de un restaurante de sushi (como véis yo fui a Japón a ponerme fina)…

El caso es que encontramos montañitas de sal en sus puertas.

Haruka me explicó que era una sal especial (kiyome-shio) bendecida por los dioses para que los malos espíritus no pudieran entrar al local. Y que, cuando impedían su entrada, la sal acababa por ponerse negra.

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Eso es como cuando a mi madre (la famosa Loli, que me advirtió el otro día de que no bebiera mucho por si me daba un coma ACRÍLICO) ponía medio limón en la puerta, convencida de que la fruta se llevaría los celos de su vecina, que según ella la envidia porque tiene la casa mejor decorada.

15. Sin tatuajes, ni piercings

Los tatuajes en Japón todavía están muy relacionados con la yakuza, la mafia japonesa.

La grandísima mayoría de japoneses no sólo no tiene tatuajes porque no quieren ser confundidos con un miembro de la mafia, sino que además -por lo que hablé con algunos- tampoco les parece lo más bonito del mundo.

Haruka me comentó que es complicado conseguir trabajo si tienes piercings y/o tatuajes.

Por mi parte, me quedé sin ir a sus aguas termales (onsen) porque en la mayoría de ellos prohiben la entrada a personas tatuadas: nadie quiere estar bañándose cerca de una persona que podría ser de la mafia, ¿no?

Aquí tienes una lista de baños públicos a los que puedes acceder con tattos.

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16. Las puertas de los taxis se abren y se cierran solas

Me acabo de acordar de una amiga japonesa diciéndome, cuando yo iba borracha, que hiciera el favor de abrir y cerrar las puertas de los taxis, que eran automáticas y las rompía.

Otra curiosidad de Japón es, de hecho, lo peculiares que son los taxis, que están decorados con sumo cariño, como si una abuela se hubiera dedicado a hacer ganchillo para proteger la tapicería.

Y el infinito amor con el que trata el taxista a su coche, su negocio al fin y al cabo (¡hasta conducen con guantes!).

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17. No fumes mientras caminas

Otra singularidad: en Japón no puedes ir fumando mientras caminas por la calle, sólo puedes hacerlo en algunas esquinas o zonas señalizadas para ello.

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Eso sí, en bares y restaurantes, todo lo que te apetezca.

18. No brindes diciendo chin-chin

Significa pene en japonés.

19. ¿Por qué los japoneses tienen los dientes torcidos?

En Japón la mayoría de las personas tienen la dentadura poco cuidada: los dientes suelen estar torcidos y de color amarillo.

A pesar de que hay diferentes teorías en Internet, yo me decanto por pensar que simplemente es una diferencia cultural.

La gente presta atención a diferentes cosas; los valores de un europeo y un asiático no son los mismos y, hasta ahora, en sus listas de preocupaciones no entraba tener los dientes rectos y blancos.

Creo que entre los jóvenes está empezando a cambiar 🙂

20. Hacer ruido comiendo noodles es de buena educación

Ir a un restaurante a comer soba es escuchar continuamente «sshrrhrhshrhshrh». Muy gracioso 😀

21. Celebran la Navidad en el KFC

Mirad qué colas hacen las parejas japonesas en Navidad para cenar en el Kentucky Fried Chicken:

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Resulta que en 1973 un católico terminó ahí comprando pollo frito porque no encontraba pavo por ninguna parte. El gerente informó de lo que había sucedido a sus superiores y éstos acabaron realizando una campaña de marketing con el lema Kurisumasu ni wa kentakkii! (Kentucky para Navidad) en 1974.

Contra todo pronóstico funcionó muy bien y ahora tienen que abrir reservas para el restaurante y pedidos a domicilio con dos meses de antelación.

Y dejo otra curiosidad japonesa de regalo:

22. Productos inéditos y sabores locos

En Japón, cada año, ponen a la venta nuevos e inéditos productos.

¿Por qué ahí sí y aquí no?

Porque a la gente les gusta probarlos.

Parece que se ponen de moda por un corto periodo de tiempo y, para incitar a que los prueben, salen a la venta con precios ligeramente más baratos. Yuko y Ernesto lo explican muy bien en su canal (recomendadísimo también).

De hecho, en las tiendas, existen secciones sólo para eso porque a los japoneses les resulta gracioso comprarlos y llevarse una sorpresa con él, vamos.

Para que os hagáis una idea, Fanta ha sacado ya más de 70 sabores en Japón.

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¡Y hasta aquí el post de hoy!

Iba a escribir 31 curiosidades de Japón pero creo que me he enrollado demasiado, ¡así que las voy a dejar en 21!

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Judithtiral
Me llamo Judith, soy historiadora del arte, aunque trabajo como redactora y community manager. Me apasiona viajar, conocer y hacer sonreír a la gente, así que estos son los temas que vais a encontrar en mi blog. Iba a incluir que también disfruto corriendo, pero sonaba un poco a Forrest Gump. Puedes saber más sobre mí y mis viajes aquí.

33 comentarios

  1. Muero de amor! Eres tan Kawaii como las Lina Morgan de allí, joooo, tengo tantas ganas de volver, y si fuera contigo mejor que mejor!! Creo que somos amigas porque tenemos el mismo humor de mierder…cada vez que me hago Matcha canto esa canción! Jajajaja

    Te lovio toa!

    Chuuu!!!

    1. Jajajajajajajaja, yo de pequeña me sentaba como Lina Morgan en el metro -sin querer- y mi madre me daba collejas.

      Pues seguramente esté viviendo ahí de Marzo a Abril (si consigo ahorrar un poco), ¿¡¿UNA VISITICA?!?

    1. Aww, qué ilusión verte aquí <3

      No como a aquella persona llamada Taniens, que mucho meterme prisa para escribir pero la cabrona no aparece por aquí!!!

      VERGÜENSA DE TUS HIJOS TANIENS

  2. jajajajajja, pero cómo me he reido. En una semana estaremos pasando frío por allí. Muchas ganas de ¿probar en KFC en navidad? y descubrir estas y más curiosidades!! Gran post!

  3. Judith!! Eres la caña!! me encanta tu blog soy fan absoluta!!! ya tenia ganas de ir a Japón pero ahora muchas más.
    Espero que te vaya bien en tu nueva experiencia!! un beso grande para ti y Sandrine!!

  4. Me encanta como escribes!! llevo varios meses ya leyéndote!, hoy decidí dejarte un mensaje, porque justamente hablaste de uno de los países que más me muero por visitar (ahora me provocaste más ganas aún… JUM!!). En fin, un abrazo del otro lado del charco en el extremo sur del mundo (CHILE)!!

  5. jajajjaja Te acabo de descubrir y me parto leyéndote.
    Oye y muy cierto algunas de las curiosidades las conocía de pasada por amigos erasmus, pero de esas cosas que te ries y no sabes bien la explicación jejeje.
    Un placer leerte 😉

    Tamara.

  6. Qué bueno Judith!!

    Jajaja, te he descubierto a través del blog de inteligencia viajera, y dichoso el momento que cliqué en tu blog.

    Gracias por sacarme una sonrisa y espero disfrutar de mi viaje a Japón tanto como tú 😉

    Un abrazo

  7. Hola Judith! Te he descubierto gracias a las genias de Estirando el chicle y me he enganchado a tu blog sin darme cuenta. No solo eres un solete, sino que mi soñado viaje a Japon me lo estás poniendo más y mejor! Voy a seguir leyendo posts, que de momento no puedo ir a ninguna parte pero los viajes no tienen solo cuerpo, sino también alma. Y mientras no pueda darle lo primero le doy lo segundo, así que gracias por compartir los tuyos. Besote desde UK.

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