El cementerio de Ludwigsburg y la II Guerra Mundial

¡Ajá! Pensasteis que ya no publicaba y me cargaba el reto de escribir cada día… ¡HEREJES!
No, lo cierto es que he decidido dejar de lado ese objetivo, para no cansar, y ofrecer sólo contenido de calidad en lugar de cantidad. En su lugar he incluido el objetivo de dedicarme más a Youtube y empezar con los vídeos.

Aquí os dejo el artículo de Elisabet, una de mis primeras lectoras y autora del blog «Crónicas Germánicas«, perfecto si estás pensando en mudarte a Alemania o si te apetece conocer curiosidades accesibles sólo para las personas que viven ahí… ¡Disfrutad! 🙂

La verdad es que he estado en pocos cementerios.

Y, hasta hoy, si me hubiesen hecho imaginar lo que en ellos puedes encontrarte, mi mente seguramente hubiera dibujado cientos de nichos, uno al lado y encima de otro, en bloques de líneas uniformes en los que los que allí se encuentran descansan en paz.

Inevitablemente, también mi mente me llevaría a imaginar que quienes allí se encuentran han sido llevados puesto que su larga vida ha exhalado su último suspiro.

Pues bien, todos estos imaginarios pensamientos se vinieron abajo el primer día que pisé el cementerio de nuestra nueva ciudad de adopción. Una ciudad ubicada a 12 Km de Stuttgart en el estado federal alemán de Baden-Württemberg, Ludwigsburg.
Lo primero que llama la atención, es que se encuentra situado en medio de la ciudad, con fácil acceso para penetrar en él. De todas formas, en realidad no es lo que más llama la atención, puesto que lo que lo hace es esta cifra inscrita en la puerta:

Cementerio Segunda Guerra Mundial

Te aseguro que el momento en el que ves esta imagen te das cuenta de que la memoria de un pueblo está verdaderamente arraigada en su historia. Y no sólo te sobresaltas y se te pone la piel de gallina la primera vez que la miras, sino cada vez que la ves.

De manera que, siendo accesible y con esta imagen, es inevitable entrar en el recinto del cementerio de Ludwigsburg.

Los cementerios alemanes y la naturaleza

De la misma forma que el resto de cementerios alemanes en los que he estado, no encontramos nichos acumulados unos encima de otros, sino tumbas cuidadosamente colocadas y enredadas con la naturaleza.

La sección que más impacta es la situada al lado de la puerta con la inscripción 1939 – 1945. Dicha sección acoge infinidad de tumbas que, a priori, podrían pertenecer a personas que, por ley de vida, la suya hubiese llegado a su fin después de largos años.

Digo “a priori” puesto que se trata de tumbas de niños. Niños que fueron derrotados en aquella época en una de las batallas y descubiertos posteriormente en Siberia. Y al ser descubiertos les devolvieron a Alemania. Tumbas de niños que, la mayoría de ellos, no superan los veinte años de edad.



Incluso encontramos un homenaje especial en memoria de ellos:

Una de las frases lapidarias más estremecedoras se sitúa en la misma zona:
Kurz ist der Schmerz
Und
Evig ist die Freude
Que significa algo así como: “Corto es el dolor y la alegría es para siempre”.

Como contrapartida, el paisaje que ofrece la naturaleza rodea y configura el recinto del cementerio, que es capaz de brillar en cada estación del año, sacando lo mejor de sí. En primavera, los árboles presentes en el lugar se ven más altos que nunca y lucen sus luminosos colores en sus hojas. Así:

Parece como si la naturaleza misma pudiese acogerles de la mejor forma posible para siempre…

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Elisabet García

7 comentarios

  1. Hola Judith,

    Me gustan tus posts, y te voy siguiendo, disfrutando con lo que nos ofreces 😉

    Sabes que en BCN se ofrecen, todos los domingos (pares en uno e impares en otro) de mes, visitas guiadas a los cementerios de Montjuich y Poble Sec. Son muy interesantes y se puede apreciar el arte modernista aplicado a este último tramo de la vida.

    Saludos

    Manuel J

  2. La gente se está recuperando de la fiesta todavía Judith, por eso dan pocas señales de vida por aquí. Me gustan los cementerios y los rituales relacionados con la muerte, me parecen interesantes y dicen mucho de una cultura y de su forma de entender la vida.
    Un beso y espero que empezaras el año con mucho humor

    PD: Creo que estrenaré la agenda con una visita a Bolonia!

  3. Gracias Judith por ofrecerme un espacio en tu fantástico blog. Muy feliz de que te guste el articulo, de haberte conocido y brindo por grandes proyectos en este 2014!!

    Un besazo*

    Eli*
    p.s.- si no la acabas te mato. Ya sabes a qué me refiero. Jajajajajajajaja!!!!! ;D

  4. jejejejej Ya sabía yo que al final no tendríamos Ju todos los días!!XDD

    La verdad es que me dan mal rollo los cementerios, no voy jamás a ellos, y mira que en Génova cada visita que tenía la llevaba allí(hija era muy limitada la oferta de la zona!!)pero salía con una desazón extraña, no temo a la muerte, es más bien la sensación de todas las lágrimas que se vertieron alli…prrrr

    Muy bien explicado Elisabeth!Y unas fotos preciosas!<3

    Chu!!

    1. Chu!
      Pues menuda ilusión que te haya gustado. Gracias! ¿Cómo andas con pasarte a .org? Si necesitas ayuda aquí estoy 🙂
      Besotes***
      Elisabet*

  5. Jooooo yo quería un poco de Judith -la única chica más maja que un oso de gominola- todos lo días. Pero me conformo con lo del maratón 😛

    Elisabet! Muy bien llevado el post. Minipunto para Crónicas Germánicas.

    1. Saúl,
      Si tanto te gustan los ositos de gominola pásate por la sección «Exposición» de mi blog. Estoy segura de que te encantará! Jajajajajaja!!!
      Gracias. Me alegro de que te haya gustado el post.
      Feliz Año 🙂
      Un saludo*
      Elisabet*

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