Cuando visité Berlín y morí de frío, encontré en el Museo Judío una sección dedicada a Lilly Wust y a Felice Schragenheim. En ella, había un diario, cartas, poemas y algunas fotografías románticas. Me quedé en shock, ¿cómo no conocía esta historia?
La sorpresa fue todavía mayor cuando indagué un poco más: una chica era judía y, la otra, nazi hasta la médula.
La pesadilla de un homófobo
La increíble historia de amor entre Aimée y Jaguar
La historia empieza cuando Lilly Wust, mujer de un oficial nazi, conoce a Felice – una alemana judía que luchaba contra el nazismo trabajando en un periódico del régimen para así poder ofrecer información a la oposición. El flechazo fue instantáneo por ambas partes.
Wust tenía ya 29 años y 4 hijos, mientras que Schrangenheim contaba con seis años menos. En todos los documentos/entrevistas se habla de ella como una persona carismática que disfrutaba de la literatura y de hacer sonreír a todo aquel que anduviera cerca.
Felice.
Lilly
Puede que hoy la historia no sorprenda tanto, pero estar dentro o cerca de ella en aquella época debió ser para ponerse un pastilla de Diazepam debajo de la lengua.
Resulta increíblemente romántico e ingenuo que Lilly Wust decidiera divorciarse de su marido y vivir con Felice en plena Segunda Guerra Mundial (añade Myolastan a la automedicación), pero es que además la primera ignoraba por completo que la segunda fuera judía y en algún momento había soltado perlas hablando del asco que les daba esa «raza» y comentando lo mal que olían.
El secreto no aguantó demasiado tiempo: Felice desaparecía constantemente para trabajar en la resistencia y, tras un enfado de Lilly, la verdad salió a flote.
La historia no se conoció hasta 1980 y dejó al pueblo alemán tan sorprendido que decidieron recrearla en la gran pantalla con el nombre de ‘Aimée & Jaguar’; fue nominada a los Globos de Oro como mejor película extranjera. Aquí puedes ver la escena en la que Felice dice que es judía:
Las chicas siguieron juntas («cuando me dijo que era judía, la abracé y la quise todavía más»), poniéndose el sobrenombre de Aimée & Jaguar en sus cartas.
Después de mucho tiempo luchando por conseguir documentos falsos para que Felice pudiera salir del país, cuando por fin los obtienen ésta decide que no quiere marcharse sin Lilly (Aimée) y, pecando ahora ella de ingenua (o no), permanece en Alemania.
El 21 de agosto de 1944, cuando volvían a casa después de pasar juntas un día en el río, se encuentran a la Gestapo en el comedor para llevar a Felice a un campo de concentración.
Aimée y Jaguar en el río – La última fotografía que se tomaron juntas
Pero La Historia No Termino Aquí…
El carisma de la chica judía traspasaba fronteras y, haciéndose amiga de un soldado nazi del campo, consiguió intercambiar mensajería con Lilly. Las cartas son estremecedoras.
Un buen día Aimée prepara todas sus cosas, compra un billete de tren y se presenta en el campo de concentración exigiendo ver a Felice. Tan estúpido como suena. El guardia le pregunta si cree que esto es un juego, la echa de ahí a gritos y le advierte de que no vuelva más si no quiere acabar dentro. El cabreo de éste fue tal que a la semana traspasaron a Felice a otro establecimiento (después de propinarle una buena paliza) para, más adelante, acabar perdiendo la vida en una marcha de la muerte desde el campo de concentración de Gross-Rosen (Polonia) hasta el de Bergen-Belsen (Alemania).
Su fallecimiento fue declarado en el Tribunal del Distrito de Berlín de 1948 con la fecha del 31 de diciembre de 1944, poco antes que la guerra acabara.
Muchas amigas de Felice creen que si Lilly no hubiera intentado verla en el campo de concentración, ésta hubiera continuado con vida.
Qué fue de Lilly entonces
Completamente sola y con cuatro hijos, Lilly empezó un diario hablando a Felice (es el que ahora se encuentra en el Museo Judío de Berlín) y hospedó a cuatro mujeres judías en su casa durante los últimos días del nazismo.
Una vez terminada la guerra, decidió casarse con un tendero. El matrimonio fue un gran desastre y Lilly trató de suicidarse dos veces; finalmente, se divorció en 1953 y consiguió trabajo en una fábrica. Y así pasaron sus días hasta que, en 1980, gracias a sus hijos, decidió contar toda la verdad.
Lilly murió el pasado 2006, a la edad de 93 años, asegurando que muchas veces de camino a la fábrica había sentido que Felice la acompañaba: «Ella era mi otra mitad, literalmente mi reflejo, mi espejo; encontré en ella, por primera vez, que el amor era algo bonito y tierno».
28 comentarios
Tía un nudito se me he quedado en el gaznate! Eres un bicho!!
Una historia preciosa! Yo también soy de pensar que el amor no tiene sexo,si otra persona te complementa adelante!! *.*
Chu¡¡
PD: Me voy a pasar el día suspirando por las esquinas! contenta??Jajajaaja
Jajajajajajaja, a mi blog le está pasando como a Los Serrano, que empezó siendo tontería y al final acabó con un drama imposible de tragar.
No me puedo resistir, no me puedo resistir, NOMEPUEDORESISTIR!!!!!!
Me encanta que Lilly se casara después con un TENDEDERO!!!!!!! Prueba el hecho de que el amor no conoce de razas, sexos, ideologías o condiciones!!!!!! :PPPPPPPP
Lo siento, ya que he sido la primera en advertirlo, quería tener el dudoso honor de decirlo!!!!!!!
Por lo demás: excelente el post, como siempre 😉
JAJAJAJAJAJAJAJA
No te imaginas cuánto me he reído.
«yo_y_tendedero.jpg»
Pues yo con un tendedero no…..pero hay hay una toalla amarilla que siempre que paso por la tienda me mira con ojos golosones.
Que historia tan bonita y tan triste Judith.
Jajajajajaja, ¿toalla amarilla?
¡QUÉ FUERTE!
Me encantan estas historias de cada persona. Y me encanta el drama, con ese toque divertido.
¡Qué sigan qué sigan!
Mil gracias por comentar, Monty 😀
¡Hola, Judith! Hace tiempo que te sigo, pero no te había comentado antes. Me ha conmovido mucho esta historia, no tenía ni idea de que había pasado algo así, aunque no me extraña mucho. Murieron muchas personas en el holocausto y todas ellas tenían sus historias y secretos…
Gracias por leerme y por tomarte el tiempo de comentar, Nut 🙂 lo mejor de un blog son siempre los comentarios.
Hay tantas historias… Cuando visité el campo de concentración de Berlín, hubiera dado para escribir 4 novelas… Una pena.
¡¡Interesantísimo!! Como siempre 🙂
Ohhh, Alonssia 🙂 mil gracias
Qué bonita historia de amor. Aunque tiene un toque indie brutal, en plan vamos a hacer cosas raras, sí, una historia de amor, y que sea a media guerra mundial, una nazi y la otra judía, sí, y encima lesbianas. ¿Preparadas para un me cambio de familia?
Me ha encantado, como siempre 🙂
Jajajajajajajajaja, y que yo lo publique en el blog y que venga un indie a decirme que él las conoció en persona y fue a un encuentro suyo antes de que fueran mainstream, ¡fan!
Al leer esto me he acordado de la historia de amor entre lesbianas de V de Vendetta. http://www.youtube.com/watch?v=ArSaIHMWnrQ
Es curioso ver a veces cuando la realidad puede ser incluso mas cruel que la ficción, aunque es alentador lo fuerte que puede llegar a ser el amor.
Ostras, nunca he visto la película y siempre me abuchean por ello. En cuanto tenga un hueco me la pongo (¿he oído esta noche? Jajajajaja)
Gracias David 😀
No la has visto??? Buuuuuuu! Jaja es broma, espero que la pudieras ver ayer porque vale mucho la pena.
Exacto 🙂
Se podría hablar durante horas… ¿persona y no personas? ¿dependencia? TANTAN -dijo Judith mirando a la cámara-
Gracias Eider 😀
Mil gracias Nora, ¡feliz año para ti también! 😀
Es dia 7 Judith!!!! Y no posteas!!!! NOOOOO!! Ahora que he encontrado tu blog y que me lo he empollado entero vas y paras? No me dejes a medias! Que sepas que me has servido de motivación para volver a bloggear y abrir uno donde contar los que viajé y viajaré..
GRACIAS!!!
Vaya… ¡Menuda historia! Gracias por compartirla. Ahora tendré que ver esa peli como sea 🙂
Me gusta mucho tu blog ¡Enhorabuena!
PD: Si alguna vez necesitas fotógrafo para plasmar tus viajes ¡Me apunto! jajaja
Mil gracias Álex 😀
Por cierto, todo un honor que te ofrezcas porque me parecen buenísimas tus fotografías
¡Gracias por tus palabras! Intento mejorar cada día 🙂 Molaría currar en algo así de viajes, combinaría cosas que me encantan: viajar y fotografiar ^^
¡Un saludo!
Joder Ju, mi lado homosexual ha estado a punto de hacerme llorar. Que HUEVOS, en mayúsculas tuvieron esas dos mujeres, esa valentía se merecía una recompensa mucho mejor…el millonésimo ejemplo de como estos conflictos dejan un reguero de víctimas tanto en el tema físico como en el sentimental
¿Y que me dices de ir por la vida llamándote Felice? Llevar la felicidad en el nombre, vaya responsabilidad, imaginaté que le toca ese nombre a una amargada xD
Jajajajajajajaja, no me puedo creer que hayamos pensado lo mismo sobre el nombre.
Una de las actrices de la película le puso a su hija Felice 🙂
Desconozco si está amargada xDDDD
Creo que las estupideces en el amor, se han cometido desde tiempos remotos, pero en estos esta la fantasia, la felicidad y la gradeza de una historia…. me tarde un poco en leer el articulo, pero esta muuy bueno JT.